Lesiones Condrales

Este tipo de lesiones a día de hoy siguen representando un desafío en cuanto a su tratamiento. Esto se debe la carencia de vasos sanguíneos que presenta este tejido, lo que provoca que su capacidad de auto reparación y auto regeneración sean prácticamente nulas.

El objetivo del tratamiento quirúrgico de este tipo de lesiones es lograr un tejido cicatrizal o de sustitución de características histológicas lo más similar posible con respecto al tejido nativo.

Existen diferentes opciones terapéuticas para este tipo de lesiones, que varían según el tamaño y localización de la lesión, la edad y la demanda funcional del paciente. En todas las técnicas utilizadas es fundamental definir el protocolo de rehabilitación para el postoperatorio, indicando las sesiones diarias de movilidad pasiva continua y evitando la carga de la zona operada para favorecer la formación del tejido cicatrizal.

Técnicas de estimulación medular: microfracturas y nanofracturas

La realización de microfracturas, y nanofracturas busca la llegada de células pluripotenciales a la zona de lesión condral. Estas células tienen la capacidad de diferenciarse y permiten la formación del tejido cicatrizal llamado “fibrocartílago”, el cual se asemeja al cartílago hialino normal aunque presenta características mecánicas inferiores.

Para permitir la llegada de las células pluripotenciales a la zona de la lesión, se realizan perforaciones en el hueso subcondral (la capa ósea que se halla expuesta en las lesiones condrales de espesor completo).

La diferencia entre las microfracturas y las nanofracturas es que las últimas, más novedosas, son de menor diámetro y mayor profundidad, con el objetivo de aumentar la eficacia de la técnica.
Asociado a las nanofracturas, y debido a estudios histológicos esperanzadores, se utiliza el quitosano. Juntos, permiten la formación y estabilización de un coágulo a nivel de la zona de lesión que formará un tejido de características similares al cartílago hialino nativo.

Mosaicoplastia

Existen casos en los que las lesiones, además de afectar el tejido condral también comprometen el hueso subcondral. En estas situaciones puede repararse la zona mediante la utilización de cilindros osteocondrales que se obtienen de zonas que no reciban carga en la propia rodilla del paciente.

La realización de este tipo de intervención dependerá del tamaño, la localización y la edad del paciente. En las lesiones de mayor tamaño, se reserva la opción de utilizar aloinjertos provenientes del banco de tejidos.

Cultivos de condrocitos y células mesenquimales

Se trata de una técnica mediante la cual se logra un tejido de cicatrización que histológicamente se asemeja al cartílago original. Al evaluar los resultados clínicos logrados con esta técnica, no se ha demostrado una diferencia significativa con respecto a las otras técnicas mencionadas, por lo que se reserva su utilización para casos específicos.

El cultivo de condrocitos requiere de dos intervenciones quirúrgicas. La primera se realiza por artroscopia y en ella se toma una biopsia del cartílago de la rodilla. Esta muestra es cultivada en medios enriquecidos que permiten la expansión del número de células. Tras un período de 3-4 semanas se procede a la colocación de los condrocitos multiplicados en una matriz porosa y mediante una cirugía abierta se implantan en la rodilla.

En cuanto a las células mesenquimales, desde Equilae se desarrollan diferentes líneas de investigación y ensayos clínicos para establecer y comprobar sus alcances terapéuticos. Éstas tienen un gran potencial de diferenciación que permite adaptarlas a las funcionalidades de las células condrales. Se obtienen mediante una punción y aspiración de médula ósea, generalmente realizada en la cresta ilíaca del paciente.

Osteosíntesis

En ocasiones puede producirse un desprendimiento de un fragmento condral y su hueso subyacente. Puede ser debido a un traumatismo o a la reducción temporal del aporte sanguíneo en la zona dela lesión, como sucede en la osteocondritis disecante.

La osteocondritis disecante es una patología que con frecuencia se produce en adolescentes generando dolor y en ocasiones derrame articular.

En aquellos casos donde los síntomas no desaparecen con tratamientos no quirúrgicos, basados en la descarga de la extremidad, se realiza mediante artroscopia una preparación de la zona del defecto óseo de donde se ha desprendido el fragmento buscando aumentar el aporte vascular en la zona y posteriormente se fija el fragmento osteocondral utilizando diferentes implantes según el caso.

OCD