Evolución de la cirugía meniscal: desde 1980 a la actualidad

Como miembros de Equilae, siempre es un placer escuchar al Dr. Monllau trasmitiéndonos su experiencia. En esta ocasión, nos habla sobre la evolución de la cirugía meniscal desde principios de los años 80 hasta la actualidad. Esperamos que os resulte tan interesante como a nosotros.

Durante muchos años la meniscectomía total ha sido el tratamiento de elección para una rotura meniscal. Esta era una técnica que brindaba buenos resultados clínicos a corto plazo, los cuales empeoraban a medida que pasaban los años.

Ya en la década de los 40, el Dr. Fairbank describió la aparición de cambios artrósicos radiográficos después de una meniscectomía total. Con el paso de los años se ha demostrado que existe relación entre la cantidad de tejido meniscal resecado, el daño condral y los posteriores cambios degenerativos que aparecen en el compartimento meniscectomizado.

Progresivamente las meniscectomías han pasado a ser cada vez más conservadoras, fundamentalmente desde la aparición de la artroscopia a comienzos de los años 60.

Hacia finales de los 80 surge el concepto de la reparación meniscal mediante suturas. A pesar de ello, y por diferentes motivos (la vascularización del menisco, el tiempo de evolución, los diferentes tipos de lesión, etc.), no todas las roturas meniscales deben o pueden ser suturadas y continúa siendo necesario realizar en determinados casos una meniscectomía parcial.

Durante la década de los 90, y en la búsqueda de evitar el deterioro que sufre la articulación después de una meniscectomía, aparece en escena la sustitución meniscal, mediante implantes en los casos de defectos meniscales parciales, y con aloinjertos o “meniscos de donantes” para los defectos meniscales completos.

Es en el campo de la cirugía de sustitución meniscal donde el Dr. Monllau y su equipo han realizado durante los últimos 10 años numerosos y relevantes aportes científicos. Hasta la fecha, en Equilae, se han realizado más de 150 implantes (de colágeno y poliuretano) y aproximadamente 200 trasplantes meniscales.

Durante los años, la técnica utilizada por el equipo para el trasplante meniscal ha ido evolucionando (inicialmente el trasplante se fijaba sólo con suturas, luego con barra ósea y más recientemente asociando una capsulodesis) con el objetivo de obtener mejores resultados en cuanto a la reducción del dolor, el aumento de la calidad de vida, la prevención del desgaste articular y la optimización de la extrusión del tejido trasplantado.

¿Cuándo se puede realizar un trasplante meniscal?

La indicación quirúrgica más frecuente para realizar un trasplante meniscal es la aparición del síndrome postmeniscectomía. Es decir, la aparición de dolor, molestia y/o derrame en la rodilla de un paciente al cual se le ha realizado una meniscectomía previamente y se encuentra en una edad temprana para colocar una prótesis.  A su vez, la articulación debe mostrar un desgaste articular limitado, indemnidad ligamentosa y una correcta alineación de la extremidad.

¿Qué postoperatorio se debe seguir?

Se adaptará a cada paciente en función de los procedimientos quirúrgicos asociados que se hayan realizado.

En rasgos generales, el paciente permanecerá en descarga y con la rodilla en extensión durante las primeras dos semanas. Posteriormente realizará carga parcial progresiva con muletas hasta la sexta semana. El rango de movilidad articular irá en aumento, autorizándose la flexión mayor de 90° después de la sexta semana.

Concepto de preservación articular

Tras 16 años de experiencia y con más de 200 pacientes operados en Equilae, se puede concluir que después de la cirugía de trasplante meniscal los pacientes logran una disminución del dolor y mejoran su calidad de vida, cambiando la historia natural de una rodilla degenerativa y retrasando una posible cirugía protésica.