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Equilae presenta una modificación de la técnica híbrida para la reconstrucción del ligamento cruzado anterior en niños

El diseño y/o perfeccionamiento de las diferentes técnicas de reconstrucción ligamentaria es uno de los principales objetivos que tenemos en Equilae, especialmente cuando se trata de pacientes pediátricos.

En los últimos años se ha detectado un aumento en la incidencia de las roturas del ligamento cruzado anterior (LCA) en niños, probablemente debido a una mayor participación por parte de estos pacientes en actividades deportivas con una alta demanda rotacional de la rodilla.

En esta ocasión, el Dr. Juan Ignacio Erquicia, miembro del equipo de Equilae, comparte una modificación de la técnica híbrida convencional utilizada para reconstruir el LCA en pacientes pediátricos.

El objetivo de esta modificación es permitir realizar una reconstrucción ligamentaria que no dañe la fisis femoral, con un túnel femoral mixto, logrando evitar el “killer angle” y el posterior fallo de la plastia. La modificación en la secuencia al realizar el túnel femoral permite una reconstrucción del LCA mediante un túnel ligeramente curvo que protege el injerto.

La técnica presentada es anatómica, reproducible e implica un uso mínimo o nulo de rayos X, y estaría indicada en pacientes con estadio de Tanner entre 2 y 4, realizando la fijación tibial mediante un tornillo interferencial o tipo poste, dependiendo del tamaño de la fisis tibial.

En Equilae seguimos investigando para mejorar nuestras técnicas de reconstrucción.

Aquí puedes visualizar el vídeo (el cual también ha sido publicado en la web Education & Evidence, de Smith & Nephew) en el que se muestra la modificación de esta técnica en pacientes pediátricos.


 

Rodilla hinchada: ¿a qué se debe?

Al aumento de la cantidad de líquido intraarticular se lo denomina con frecuencia como “derrame articular”. La gravedad y urgencia del cuadro irán de la mano de la causa que lo origine.

¿Cuáles son las principales causas de un derrame articular?

Este cuadro clínico puede deberse a diferentes causas, entre las que se encuentran los traumatismos directos, o indirectos (entorsis o torsiones de la rodilla), las enfermedades de la membrana sinovial, la existencia de una patología degenerativa y las infecciones o artritis sépticas.

En los casos de derrame articular post traumatismo, torsión o sobreexigencia física, el origen puede ser:

  • Rotura de ligamentos de la rodilla
  • Lesiones meniscales
  • Patología degenerativa
  • Fracturas a nivel de la articulación

Puede también aparecer derrame articular secundario a patologías de origen sistémico (diagnosticadas o no diagnosticadas) tales como:

  • Artritis reumatoide
  • Artritis séptica
  • Gota
  • Pseudogota
  • Sinovitis transitorias

¿Qué hacer ante la  aparición de derrame articular?

Tras una torsión: si el derrame articular aparece tras un traumatismo o torsión, de manera inmediata se sugiere mantener la extremidad en descarga utilizando muletas para deambular y colocar frío en la rodilla cada 2-3 h. (evitando el contacto directo del hielo con la piel, para evitar quemaduras).

Posteriormente, y tan pronto como sea posible, se debería acudir a urgencias donde se realizará la exploración y pruebas complementarias  necesarias.

En casos de derrame articular significativo, una punción evacuadora ayuda a controlar el dolor de manera significativa, orientando también hacia un posible diagnóstico según el contenido evacuado de la rodilla (hemático, sinovial, etc).

En el postoperatorio: en algunas ocasiones, como en los procesos postoperatorios, aparece inflamación y/o derrame articular que puede venir acompañado de un aumento de la temperatura local a nivel de la rodilla y también a nivel corporal. Este cuadro es esperable, de manera aislada, en los primeros 7-10 días del postoperatorio. Se recomienda no tomar ningún antibiótico sin antes acudir a urgencias y realizar una punción evacuadora (artrocentesis) cuando sea necesario y un cultivo del líquido articular. La aparición de los síntomas descritos anteriormente es, con frecuencia, consecuencia del  proceso inflamatorio postoperatorio, sin tener relación alguna con un proceso infeccioso. Se recomienda un seguimiento de cerca y mantener una conducta expectante, con un control periódico de la temperatura corporal.

En rodillas degenerativas: cuando existe un historial previo de patología degenerativa y aparece derrame articular es conveniente realizar reposo, descargar la articulación utilizando muletas y colocar hielo. En casos de derrame articular con la rodilla en tensión, es conveniente acudir al especialista, realizar una punción evacuadora y tener un control evolutivo de la articulación.

Enfermedades de la membrana sinovial: existen diferentes enfermedades que afectan a la membrana sinovial y que frecuentemente debutan con derrame articular, ya sea de líquido sinovial o de contenido hemático (hemartrosis). En estos casos y ante la aparición prácticamente espontánea y sin causa aparente del derrame articular, una punción articular realizada por un especialista y estudios por imágenes como radiografías y resonancia magnética orientan hacia un diagnóstico específico, siendo en ocasiones conveniente realizar una visita posterior por Reumatología.

¿Cómo evitar el derrame articular cuando existe un proceso degenerativo de la articulación?

Existen medidas para proteger la articulación y reducir el riesgo de inflamación de la rodilla en aquellos casos en los que el derrame articular está asociado a un proceso degenerativo.

Estas son:

  • Control del peso corporal
  • No realizar ejercicios de impacto
  • Fortalecer la musculatura periarticular, como así también realizar ejercicios de elongación, propiocepción y mantener un correcto balance articular.
  • Aplicar frío local después de realizar ejercicio físico